¿Cómo ahorrar energía?

¿dónde podemos empezar a ahorrar energía en nuestro hogar?

El primer paso para ahorrar en la factura de la luz es reducir el consumo de energía. Esto consiste en adoptar pequeños gestos cotidianos o actuaciones en nuestro hogar, os dejamos algunos ejemplos:

• Utilizar bombillas LED.

• Comprar electrodomésticos de alta eficiencia y bajo consumo eléctrico (etiqueta A+ o superior).

• Programar el aire acondicionado o la calefacción una hora antes de llegar a casa, en lugar de intentar que la vivienda se enfríe o caliente de inmediato.

• Aprovechar de la luz solar y mantener la luz encendida únicamente cuando es necesario.

• Apagar los electrodomésticos que no se usan y evitar el modo “stand-by”.

• Mantener la temperatura de la nevera de entre 4 y 8 grados.

• No utilizar programas de lavado calientes en lavadoras o lavavajillas, sino programas cortos o eco y de agua fría.

El segundo paso, contratar la tarifa de luz que mejor se adapta a nuestras necesidades y hábitos de consumo. Esta es, sin duda, la mejor oportunidad para reducir el recibo de la luz y optimizar el consumo energético del hogar, negocio o empresa. Para ello, como usuarios debemos realizar una comparación previa de las distintas ofertas del mercado y apostar por aquella que ofrece un precio competitivo y mejores condiciones. Entre las ventajas o factores en los que nos debemos fijar en la nueva compañía, podemos destacar:

• Buscar y contratar el precio del kWh más barato.

• Ajustar la potencia eléctrica a nuestras necesidades reales.

• Apostar por la tarifa con discriminación horaria si podemos organizar nuestro consumo en las franjas más económicas.

• Encontrar la compañía eléctrica con mejores condiciones (por ejemplo: servicios extras, que no tenga permanencia, etc.).

¿Qué más podemos hacer para ahorrar energía?

Los grandes ahorros parten de grandes inversiones. Y es que más allá de los pequeños "trucos" caseros para ahorrar energía, existen múltiples tecnologías que se pueden integrar fácilmente en nuestro hogar o negocio que van a lograr incrementar enormemente la eficiencia energética y, por consiguiente, reducir nuestro consumo de energía. El problema es que estas tecnologías suelen conllevar una gran inversión inicial y depende de las condiciones ambientales y de construcción de nuestra vivienda o negocio no siempre tienen porqué lograr unos resultados que justifiquen su coste inicial. Es por ello, que lo más recomendable es pedir ayuda a profesionales en eficiencia energética para que estudien nuestro caso particular y nos propongan qué tecnologías son las más adecuadas para nuestro caso concreto. 

En la siguiente página te explicamos cuáles son alguna de las tecnologías existentes en el mercado para mejorar la eficiencia energética.